María de Borgoña

Soberana entre Borgoña y Habsburgo

María de Borgoña tan sólo tenía 25 años cuando murió. A pesar de ello, su corto periodo como duquesa constituye un momento clave en la historia de los Países Bajos. María fue presionada para ampliar los derechos de sus subordinados, y a través de su matrimonio convertiría a los Países Bajos en un miembro del imperio de la casa de Habsburgo.

Apenas una niña

María nació en Bruselas en 1457. Era la única hija de Isabel de Borbón y Carlos de Charolais. Es además la nieta del duque de Borgoña, Felipe el Bueno. Fue bautizada con mucho lujo y pompa, en una ceremonia a la que no acudió su abuelo por ser María una niña. A pesar de esto, al ser su única nieta, esta niña acabaría siendo su heredera.

A través de matrimonios estratégicos, política y guerras los Borgoñones supieron expandir enormemente su ducado con, entre otros, las partes más ricas de los Países Bajos, como Flandes y Brabante. Felipe el Bueno presionó a su prima, la condesa Jacoba van Beieren, para que le cediese los condados de Zelanda y Holanda tras su muerte. Felipe decretó también la creación de los Estados Generales, un órgano político donde todos los territorios Borgoñones tenían representación.

Tras la muerte de Felipe en 1467 este fue sucedido por su hijo Carlos. Este participaría en frecuentes guerras de expansión, lo que le valdría el sobrenombre de “el Temerario”. María solía estar acompañada por su madrastra, Margarita de York, hermana del Rey de Inglaterra. Ambas participarían en muchas expediciones diplomáticas en nombre del duque. Sus costosas guerras volvieron a Carlos impopular. Además, acumulaba cada vez más poder, cosa que no gustó a los Estados Generales.

Duquesa

Carlos murió en combate en enero de 1477, convirtiéndose María, como nueva duquesa de Borgoña, en la heredera más rica de Europa. El Rey francés Luis XI aprovechó rápidamente la oportunidad para intentar volver a incorporar las tierras Borgoñonas, que según él pertenecían a la corona francesa. Justificaría su acción diciendo que una mujer no puede ser vasallo del Rey de Francia. Intentaría obligar a María a casarse con su hijo.

María debía tomar dos medidas para evitar el dominio francés. Para asegurar el apoyo de todas las regiones Borgoñonas, firmó el Gran Privilegio. Con esta acta devolvió los privilegios que su padre había retirado a varias regiones. A cambio de estos privilegios los Estados Generales debían prometer lealtad y aceptar nuevos impuestos para financiar la guerra. Además, siguió el consejo de su padre y se casó con Maximiliano de Austria, de la casa de Habsburgo. Con Maximiliano de su lado, un príncipe poderoso protegería sus tierras.

Este matrimonio significó el final de la carrera política de María. Como era costumbre en aquel tiempo, dejó las decisiones políticas a su marido. Parir niños para asegurar la continuidad dinástica se convirtió en su tarea más prioritaria, y en un corto período tuvo tres hijos. Como muchos contemporáneos adinerados de su época, María tenía un ‘libro de horas’. Ella utiliza este bello libro de oraciones, profusamente decorado, para su oración diaria. María murió en 1482, pocas semanas después de caerse de su caballo. Fue enterrada en Brujas, en una hermosa tumba que todavía se puede visitar.

Legado

Gracias al matrimonio de María varios territorios de los Países Bajos se convirtieron, por largo tiempo, en parte del Imperio de los Habsburgo, que más tarde se extendería hasta Asia y América. En el siglo XVI su nieto Carlos V se convirtió en el heredero de este imperio. El Gran Privilegio y otros acuerdos con los territorios nunca fueron olvidados. Un siglo más tarde fueron fuente de inspiración en la Revuelta de los Países Bajos contra su bisnieto, Felipe II.